Nacido en una familia de músicos, tuvo desde su
infancia una importante base para convertirse en uno de los más grandes
compositores de todos los tiempos. Su padre falleció cuando Johann Sebastian
tenía nueve años y fue a vivir con su hermano mayor, Johann Christoph, gran organista y compositor, que actuó como
profesor y verdadera referencia en el conocimiento del instrumento que marcó su
vida y gran parte de su obra.
La mayor parte de la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750)
estuvo dedicada a la música. Fue maestro de capilla en varias iglesias,
músico para muchos príncipes alemanes, director de varias escuelas de música y
siempre compositor. A Bach le gustaba hacer florituras e
innovar con el órgano. Su atrevimiento como organista le valió algunas
serias reprimendas por parte de las autoridades religiosas.
En 1707 se casó con María Bárbara Bach, prima segunda
suya, con la que tuvo 7 hijos. En 1720, un año después de morir su primera
mujer, se casó con Ana Magdalena Wilcken, que era cantante y con la que tuvo 13
hijos. Los veinte hijos de J.S. Bach siempre han sido siempre una parte
importante de su leyenda. Muchos de ellos también han sido grandes compositores.
Posiblemente el segundo hijo, Carl Philipp Emanuel Bach, sea uno de los más
conocidos.
Junto a las Pasiones según San Juan W 245 (la
mejor) y según San Mateo W 244, Bach escribió una Pasión según San
Marcos, BWV 247 en 1731, pero se desconoce cuáles son las restantes obras
desaparecidas. El libreto de Picander para la Pasión según San Marcos de Bach
se creyó que había sido destruido en el bombardeo de Dresde en la segunda
guerra mundial, pero la copia recuperada parece mostrar que la obra era una
parodia de música de la célebre Trauer-Ode, BWV 198, y que ciertos coros fueron
empleados también en el Oratorio de Navidad.
La copia hecha por Bach de la pieza anónima Pasión
según San Lucas, BWV 246 fue publicada en las obras completas de la Bach
Gesellschaft si bien es considerada apócrifa...
Como tantos otros grandes compositores, Bach no fue
reconocido como un gran talento musical de su tiempo, y fue olvidado, hasta
que Mendelssohn interpretó su Pasión
según San Mateo en 1829 (Berlín). A partir de ese momento J.S. Bach se
convirtió en el Bach que todos conocemos.
“Esta semana he ido a escuchar tres veces la Pasión según San Mateo del
divino Bach, y en cada una de ellas con el mismo sentimiento de máxima
admiración. Una persona que, como yo, ha olvidado completamente el cristianismo
no puede evitar oírla como si se tratase de uno de los evangelios”. (Friedrich Nietzsche)
Ana Isabel Garmendia Goicoechea
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